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Hay una rebaja en tiNoviembre 23 Acabas de pulsar el botón de comprar y tu cerebro está feliz como un niño con zapatos nuevos que es una frase que conservamos de cuando tener zapatos, nuevos o viejos, era cosa de felicidad, de alegría. Ahora en cambio tenemos los pies calientes pero seguimos buscando esa felicidad. Ese es el truco de la frase: el niño no está feliz por tener zapatos nuevos sino por haberlos conseguido. Nos gusta conseguir cosas. Hay algo ahí arriba, en la zona ejecutiva, que nos hace anhelar, soñar, desear cosas nuevas. Antes incluso de los zapatos, los anhelos eran como eran todas las cosas antes, prehistóricas, casi instintivas. Luego la cosa se fue complicando y ahora anhelamos cosas todo el rato. Es la existencia un deseo constante de conseguir cosas, las que sean, y la civilización acaba reducida a una tarde de Black Friday en un centro comercial: humanos haciendo lo suyo, consiguiendo cosas por la vía rápida, anticipando necesidades futuras y dándose una doble ración de endorfinas al punto de sal. Como para no querer que llegue la Navidad. Los nombres de las cosas se convierten en lo que son de un día para otro y nadie sabe de dónde han salido. Pasa con el Black Friday: su origen podría remontarse a una gran resaca colectiva. El día después de Acción de Gracias, allá por los años 50 del siglo pasado en EE.UU, era uno de esos escasos momentos de la historia en que un gran grupo humano se ponía de acuerdo de forma espontánea. Esa mañana de viernes, como si un espíritu cansado tomara el control, miles de trabajadores llamaban a sus jefes para hablarles de lo mal que se sentían. Ese día sin trabajadores solía conocerse como Black Friday y podría ser el origen sino fuera porque los orígenes, como decíamos, siempre son inciertos. En otra versión de esta misma historia, el Black Friday es el día en que los apuntes contables de los comercios (cuando las cosas se imprimían) pasaban del rojo de las pérdidas al negro de las ganancias. Es un Clásico: pasarse todo el año sin ganar un duro para ganarlo todo en el último momento. Hay algo atávico en todo esto de las rebajas. Algo que conecta con nosotros más allá de lo evidente. Pasamos de ser ese animal prudente que intenta, sin conseguirlo, racionalizar el gasto, a creer que ahora que el año se acaba es el momento de tirar la casa por la ventana, una expresión muy española, muy mediterránea, muy de a la mierda todo y ya veremos mañana. Lo normal es que uno aproveche las rebajas para completar necesidades pero ahora ya no tenemos necesidades sino objetos de deseo. No es lo mismo necesitar algo que desearlo y hoy en día como quien dice nadie necesita nada excepto un móvil, que es el paciente cero de nuestro deseo. El caso es que compramos y compramos y compramos pero seguimos sin estar satisfechos: la mayoría de las veces nos cuesta tan poco conseguir algo que una vez conseguido, una vez pulsado el botón, volvemos al punto de partida. Nos hemos pasado el juego y ahora ya no nos motiva el conseguir algo, que es fácil, sino que anticipamos incluso el deseo de conseguirlo: el placer está en la búsqueda, en la navegación entre miles de productos, entre todo lo producible, hasta que encontramos ese objeto único, digno de veneración, que estaba ahí esperándonos para que podamos hacer click. Y además, con un 10% de descuento. Y solo por tiempo limitado. ¿Cómo no voy a comprarlo? La cita del mes Cuando se va a vender una cosa hay que poner la misma cara con que se va a comprar
El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Marquez
Para estar al día
Para leer tranquilamente¿Qué es el slack time y porque deberíamos tener de eso? Un artículo sobre la necesidad de encontrar espacios de aburrimiento entre toda esa productividad. Se dice mucho que vivimos en un entorno volatil, incierto, complejo y ambiguo pero… ¿Y si todo eso no es más que un mito para ponernos aún más nerviosos? Es como una extensión más de nosotros mismos y quizá por eso debemos aprender a lidiar con él y aprender “normas de comportamiento”. O algo así. Para mejorar procesos
Miscelánea
¿Lectura recomendada? No, recomendadísima Quizá una de las mejores biografías que he leído nunca. La vida novelada y autorizada y sin nada que esconder del tenista André Agassi. Un repaso espectacular a la dureza de eso que muchos persiguen como si fuera fácil (tener éxito a nivel mundial) y la lucha interior entre lo que realmente quieres y lo que crees que quieres.
😂 El chorradón Por el módico precio de 5$ puedes crear tu propia noticia falsa con su vídeo, su presentador de noticias y sus titulares. Para qué queremos más. |
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Edición y reflexiones locas: Alex Sanz
Diseño e ilustración:
¡Eh! ¡Lo de las cooooookies!
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